Época: Azteca
Inicio: Año 1400
Fin: Año 1525

Antecedente:
El arte azteca

(C) Andrés Ciudad y María Josefa Iglesias



Comentario

El arte oficial mexica se inclinó claramente por la escultura en piedra realizada en bulto redondo como medio de comunicación, de manera que los artistas de Tenochtitlan retomaron y llevaron a sus últimas consecuencias una antigua tradición iniciada por la civilización olmeca. En este sentido, la escultura pública mexica constituye una síntesis, aportando soluciones nuevas, pero también manteniendo técnicas, formas y temas ya experimentados con éxito en varios niveles claramente diferenciados. El grupo más importante es el de las esculturas colosales confeccionadas para decorar los templos. Por lo general, manifiestan un carácter religioso, y por medio de ellas se narran cualidades o acciones de carácter mítico, y escenas de dioses o de reyes contenidas en grandes bloques de piedra; por ejemplo, la impresionante estatua de Coatlicue, la madre de los dioses, la tierra y el hombre; la Piedra del Sol; la Coyolxauhqui, hermana de Huitzilopochtli y patrona de la luna, etcétera. Otras, colocadas en edificios de función política y administrativa, documentan acontecimientos de tipo histórico; es el caso de la denominada Piedra de Tízoc, que está tallada en estilo códice de naturaleza mixteca o del Monumento de la Guerra Sagrada. Ambos grupos se consideran representativos del arte imperial mexica. Junto a ellas, resultan numerosísimas las tallas de tamaño más reducido que se corresponden con imágenes de dioses que personifican espíritus, objetos y conceptos sagrados de gran aceptación en la sociedad mexica. Por ejemplo, las imágenes de Xipe Totec, Huehueteotl, Xiuhtecuhtli, Teteoinan y otras divinidades, se acompañan de figuras de animales como saltamontes, serpientes, coyotes, conchas y plantas de carácter sagrado llenas de realismo y donde los artistas aztecas alcanzan una gran perfección técnica. A este grupo de esculturas, realizadas por lo general en bulto redondo con gran maestría, pertenecen multitud de tallas que representan al individuo humano en diferentes facetas vitales. La característica fundamental de este conjunto es el realismo, que contrasta con la abstracción necesitada para comunicar los complejos mensajes simbólicos emitidos por el arte imperial. Algunos de estos trabajos en piedra ponen claramente de relieve la adscripción tolteca de la cultura mexica, y revitalizan atlantes, portaestandartes, caballeros de órdenes militares y, sobre todo, Chac mool.. Gran parte de estas esculturas fueron decoradas con pintura de naturaleza simbólica: el azul con líneas amarillas hizo referencia a Huitzilopochtli; el negro con líneas horizontales a Tezcatlipoca; líneas verticales sobre los ojos a Xipe Totec y a Ehecatl; el azul y verde claro a Tlaloc. La variedad temática, la fuerza plástica, la economía de formas y la abstracción en el conjunto escultórico que contrasta con el gran realismo obtenido en los detalles, hacen del arte escultórico mexica uno de los más evolucionados de la Mesoamérica prehispánica.Completan el panorama del arte escultórico monumental mexica las grandes esculturas en arcilla, muchas de ellas confeccionadas siguiendo patrones veracruzanos. Imágenes de caballeros águila, quizás haciendo referencia al dios del sol, efigies de Xipe Totec y otros elementos que recibieron gran culto en regiones de la Costa del Golfo, se integraron en el arte mexica, poniendo de manifiesto el eclecticismo alcanzado por una sociedad que recurrió a los artistas procedentes de muy alejados y diversos territorios del Imperio.